martes, 13 de septiembre de 2011

Cerveza en el café

Después de leer en un libro sobre Viena, el capítulo de los bares, cafés y demases, me han dado unas ganas tremendas de estar allá por una semanita y ver todo lo que no vi antes. Tendré que conformarme con los libros.


Mientras bebo una cerveza y me esfuerzo en no pensar en lo que tendré que hacer mañana, dejo pasar unos minutos en este lugar solitario, en esta calle por donde nadie transita. Pero, como no se puede hacer una separación total con la realidad de afuera, alguien llama por teléfono. Está enfermo y amargado, metido en un juicio de divorcio chilensis. Según él, le ha tocado una jueza y afirma que las mujeres se apoyan entre ellas por encima de toda imparcialidad. Aparentemente, estos juicios de divorcio, de los que he escuchado bastante, están influenciando para que la gente tienda a evitar el matrimonio y toda su reglamentación y optar por uniones libres. Y si quieren contratos que garanticen ciertos puntos, se supone que los habrá cuando se promulgue la ley o se aclare en qué consistirá un convenio de vida en común entre personas de distinto o igual sexo. El obstáculo principal es la religión, aún cuando se supone que estamos en un estado laico ¿? aunque no se note demasiado. Se pretende defender el matrimonio actual, pero si  las personas lo están evitando, se supone que debe renovarse de acuerdo a los intereses de todos.


Bien, se me terminó la cerveza. Volveré otro día. Hasta pronto.

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